Un Incendio Que No Da Tregua
El incendio forestal en el ejido de Aramberri, Nuevo León, ha cumplido ya una semana activo.Desde su inicio, más de 120 elementos de diversas corporaciones, junto con ejidatarios, han trabajado incansablemente para sofocar las llamas.
Las labores incluyen ataques directos en tierra, apertura de brechas cortafuego y descargas de agua desde helicópteros de Protección Civil estatal.
A pesar de las condiciones adversas, como vientos fuertes y altas temperaturas, los brigadistas han logrado un control del 90% del incendio y una liquidación del 80%. El fuego ha consumido aproximadamente 750 hectáreas de vegetación, principalmente hojarasca en zonas de pino, encino y huizache.
Es importante destacar que, según las autoridades, el incendio es superficial y no representa riesgos para la población ni para las viviendas cercanas.
Coordinación Y Esfuerzo Conjunto
La lucha contra el incendio ha sido un esfuerzo conjunto de múltiples entidades. Participan 40 ejidatarios, 40 elementos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), 15 del área identificada como Conafor Oficial, 13 elementos de la Defensa Nacional, 10 de Protección Civil de Nuevo León y seis de Protección Civil de Aramberri.
El helicóptero ha sido fundamental, realizando descargas de agua y transportando personal a las zonas de difícil acceso. Las labores se han llevado a cabo tanto de día como de noche, buscando aprovechar al máximo las condiciones climáticas favorables.
A nivel nacional, se reportan 109 incendios activos, siendo el de mayores dimensiones el que se presenta en Sinaloa, con más de 15 mil hectáreas afectadas.
Perspectivas Y Prevención
Aunque el incendio en Aramberri está próximo a ser controlado en su totalidad, las autoridades continúan monitoreando la zona para evitar reactivaciones.
Se hace un llamado a la población para evitar actividades que puedan provocar incendios, como fogatas o quemas agrícolas sin supervisión.
La temporada de incendios forestales aún no concluye, por lo que es vital mantener la vigilancia y la colaboración entre autoridades y ciudadanos. La prevención y la respuesta rápida son clave para proteger nuestros ecosistemas y comunidades.