El veto a las tarifas preferenciales del transporte público evidencia la falta de coherencia del gobierno estatal. Mientras presume tarifas de apoyo y beneficios a grupos vulnerables en entrevistas a nivel nacional, en la práctica el gobernador Samuel García bloqueó las tarifas de transporte público aprobadas por el Congreso, dejando sin descuentos a estudiantes, mujeres y adultos mayores.

Samuel García Bloquea Las Tarifas De Apoyo Ciudadano
El gobernador Samuel García vetó el decreto que establecía descuentos en el transporte público para los sectores más necesitados. El documento, recibido por el Congreso local, frena las reformas a la Ley de Movilidad, que buscaban aplicar tarifas preferenciales para estudiantes, mujeres, adultos mayores y grupos vulnerables.
Samuel argumentó que la iniciativa violaba los artículos 1 y 16 de la Ley de Disciplina Financiera, al no contar con una estimación presupuestal que garantizara su sostenibilidad. Sin embargo, esta justificación contrasta con su discurso público, donde ha afirmado en repetidas ocasiones que todos los estudiantes ya tienen tarifas preferenciales y que las mujeres viajan gratis. Lo cual es mentira.
La contradicción es evidente. Mientras el Congreso impulsaba medidas concretas para aliviar la carga económica de miles de usuarios, el mandatario estatal decidió vetarlas, dejando sin efecto los beneficios que él mismo había presumido en medios nacionales.
El Congreso Había Aprobado Tarifas Más Justas
El decreto vetado, identificado como el número 147, fue aprobado el 22 de octubre con respaldo mayoritario del Congreso local. El texto establecía que, en un plazo máximo de tres meses, el Estado debía implementar tarifas con descuentos de al menos 25 por ciento para grupos vulnerables, además de crear pases de 7, 20 y 30 viajes, y una tarifa única para transbordos ilimitados durante el día.
Estas medidas representaban un avance hacia un sistema de tarifas de transporte público más equitativo, especialmente para estudiantes y personas con bajos ingresos. Sin embargo, la decisión del gobernador echó por tierra esta propuesta, alegando que su aplicación sería “redundante” con los programas de subsidio existentes.
En realidad, el veto solo deja al descubierto la falta de voluntad de Samuel para convertir sus promesas en políticas reales. El discurso de apoyo social quedó reducido a una estrategia mediática sin sustento.
Tarifas Preferenciales: Promesas Que Nunca Llegaron
El veto ocurre después de que Samuel García participara en una entrevista nacional donde aseguró que “todos los estudiantes ya pagan menos y todas las mujeres viajan gratis”. Esa declaración generó confusión, pues en Nuevo León no existen tarifas preferenciales aplicadas de forma generalizada. Miles de usuarios aún pagan las tarifas completas, pese a pertenecer a los sectores más vulnerables.
El contraste entre la narrativa y la realidad desató críticas desde el Congreso, donde legisladores señalaron la incongruencia del mandatario. Destacan que el doble discurso del gobernador afecta directamente a quienes más dependen del transporte público para estudiar o trabajar.
Además, advierten que el Congreso podría superar el veto, ya que todas las bancadas —excepto Movimiento Ciudadano— respaldan la reforma. Lo que la ciudadanía se pregunta es ¿por qué la bancada de MC se opone a las tarifas preferenciales? ¿Qué destino prefieren darle a ese dinero?
La Movilidad De Nuevo León Sigue En Crisis
El veto a las tarifas de apoyo llega en un momento crítico para la movilidad en el estado. La ciudadanía enfrenta aumentos en los costos del transporte, unidades insuficientes y largas esperas, mientras las promesas de modernización siguen sin cumplirse. El Congreso había presentado la propuesta como una medida de alivio para las familias, pero la decisión de Samuel refuerza la percepción de un gobierno estatal más preocupado por cuidar su imagen que por resolver los problemas diarios de la gente.
En un contexto donde la movilidad debería ser una prioridad, el rechazo a las tarifas preferenciales demuestra una desconexión por parte de Samuel con la realidad social que se vive en Nuevo León. Los sectores más afectados siguen siendo los mismos: estudiantes, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad.
Sin Tarifas Preferenciales Ni Estrategia Real
La falta de tarifas de transporte público diferenciadas agrava la desigualdad. Aunque el gobierno estatal asegura contar con esquemas de apoyo, estos son limitados y no garantizan una cobertura total. El veto impide que el transporte sea un servicio accesible para quienes menos tienen, perpetuando un modelo que favorece a las concesionarias y deja fuera a los ciudadanos comunes.
Analistas en movilidad señalan que el argumento financiero del gobernador es débil, ya que el impacto presupuestal podría solventarse mediante reasignaciones o subsidios específicos. El verdadero problema, coinciden, es la falta de compromiso político para priorizar a los usuarios.
Críticas Por El Veto A Las Tarifas Preferenciales
Las críticas no se hicieron esperar. Desde distintos sectores, se acusó al gobernador de incongruencia y falta de empatía social. Mientras presume logros en entrevistas y campañas mediáticas, su decisión deja fuera a quienes más necesitan ayuda para transportarse.
El Congreso buscará superar el veto con mayoría calificada, lo que abriría la puerta a restablecer los descuentos. Sin embargo, el proceso podría alargarse, y mientras tanto, los ciudadanos seguirán pagando tarifas elevadas por un servicio deficiente.
El veto a las tarifas preferenciales confirma que, en materia de movilidad, el gobierno estatal no ha logrado avanzar. Lo que prometió como transformación y apoyo social, hoy se traduce en frustración y desconfianza ciudadana.
Tarifas De Apoyo Y Promesas Que Se Diluyen
La situación evidencia un patrón ya conocido: anuncios espectaculares y pocas acciones concretas. Mientras se invierte en imagen y propaganda, las tarifas de transporte público siguen siendo inaccesibles para quienes más las necesitan. El veto a las tarifas preferenciales es otro golpe a la credibilidad del gobierno y a la esperanza de una movilidad más justa.
Nuevo León necesitaba soluciones, no justificaciones legales. El gobernador tenía la oportunidad de mostrar sensibilidad social, pero eligió no hacerlo. Hoy, miles de estudiantes, mujeres y adultos mayores siguen esperando el descuento que le prometió Samuel.








