Camilo Ochoa Delgado, conocido en redes sociales como ‘El Alucín’, fue asesinado en Temixco, Morelos, el pasado 16 de agosto de 2025. Su historia no pasó desapercibida. Y es que, más allá de ser un creador de contenido con miles de seguidores, su vida estuvo marcada por secuestros, vínculos con el narcotráfico y episodios de alto impacto.
En su cuenta de Instagram acumulaba más de 212 mil seguidores y en YouTube superaba los 300 mil. Sus contenidos, muchas veces polémicos, abordaban temas relacionados con el crimen organizado. Esa cercanía con un mundo tan peligroso lo hizo ganar fama, pero también lo puso en la mira.
El sábado de su asesinato, un hombre armado ingresó al fraccionamiento Lomas de Cuernavaca, donde residía. Sin previo aviso, abrió fuego contra él. Según versiones preliminares, fueron al menos siete disparos los que terminaron con su vida. El agresor escapó en un vehículo blanco, sin dejar rastro.

Una vida marcada por un secuestro
Nacido en marzo de 1982, Camilo Ochoa creció en una familia acomodada. Su padre, Juan Francisco Ochoa, fue el fundador de la famosa cadena restaurantera “El Pollo Loco”, con sede inicial en Guasave en 1975 y que después se expandió a California. Camilo vivió parte de su infancia en Nuevo Laredo y a los 20 años ya participaba en el negocio familiar.
Pero todo cambió en 2004. Ese año, fue secuestrado por Los Zetas. Un comando de aproximadamente 60 hombres, a bordo de 15 camionetas, irrumpió en su casa para llevárselo. Los criminales exigieron un rescate millonario a su familia. Después de siete días de angustia, lo liberaron al recibir el dinero exigido.
Este hecho marcó un antes y un después en su vida. Aunque regresó con los suyos, su vínculo con el mundo criminal no terminó ahí. Al contrario, años más tarde estaría directamente involucrado en la estructura de un cártel.
Incursión de Camilo Ochoa en el Cártel de Sinaloa
En 2014, Camilo decidió entrar de lleno al Cártel de Sinaloa. Su tarea fue controlar la plaza de Mazatlán, justo en el año en que Joaquín “El Chapo” Guzmán fue recapturado. El mando de la organización pasó a Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”.
Durante esa etapa, Ochoa afirmó haber trabajado en coordinación con la Secretaría de Marina. Según entrevistas que dio tiempo después, colaboró en operativos y proporcionó información clave. Incluso aseguró que ayudó a localizar y abatir a Raúl Carrasco Lechuga, alias “El Chore”, jefe de la plaza en Eldorado.
Aunque sus declaraciones generaron dudas y polémica, lo cierto es que su vida tomó un rumbo arriesgado. Se movía entre la fama digital y un pasado difícil de ignorar. Ese contraste lo convirtió en una figura mediática que muchos seguían con curiosidad.
El asesinato en Temixco
El desenlace llegó la tarde del 16 de agosto de 2025. Cerca de las cinco de la tarde, un sujeto armado ingresó al fraccionamiento donde vivía en Temixco. Lo sorprendió y le disparó en múltiples ocasiones. Testigos hablaron de un ataque directo.
El agresor huyó a bordo de un vehículo blanco. Hasta el momento, no se ha dado a conocer una descripción detallada ni avances sólidos sobre su identidad. El crimen recordó a otros casos de creadores de contenido relacionados con temas criminales, como el asesinato de Gail Castro, hermano de Markitos Toys, ocurrido en Ensenada.
La noticia de su muerte generó reacciones en redes sociales. Algunos lamentaron su final trágico, mientras que otros recordaron su pasado vinculado con actividades ilícitas. De cualquier manera, el asesinato de Camilo Ochoa ‘El Alucín’ se suma a la lista de episodios violentos que exponen los riesgos de estar cerca del crimen organizado.