Un poderoso tsunami fue desencadenado por un terremoto de magnitud 8.8 que sacudió el oriente de Rusia, generando una serie de alertas en varios países del Pacífico, incluidos Japón, Hawái, México, Ecuador, Chile, Nueva Zelanda y partes de Estados Unidos. El movimiento telúrico se convirtió rápidamente en una amenaza global debido a su fuerza e impacto en el océano.
El epicentro del sismo se localizó a una profundidad de 20.7 kilómetros, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). La magnitud del evento lo posiciona como uno de los más intensos de los últimos años, comparable solo con el devastador terremoto de 2011 en Japón que también generó un tsunami destructivo.
La ciudad de Severo-Kurilsk, en las islas Kuriles, fue una de las primeras en sufrir los efectos del maremoto, con reportes de inundaciones parciales. Las autoridades rusas emitieron una advertencia inmediata, instando a la población a evacuar hacia zonas elevadas como medida de prevención ante posibles réplicas o nuevas olas.

Tsunami Impacta Zonas Rusas
En la región rusa de Sajalín, se declaró el estado de emergencia ante los daños provocados por el tsunami. Las autoridades desplegaron equipos de rescate y brigadas de bomberos para evaluar los daños en viviendas, edificios públicos e infraestructuras críticas.
A pesar de la intensidad del evento, no se reportaron víctimas fatales en las primeras horas posteriores al sismo. Sin embargo, los reportes hablaban de cortes de energía eléctrica, interrupciones en el servicio telefónico y daños estructurales en diversas localidades.
En Petropavlovsk-Kamchatsky, uno de los centros urbanos más cercanos al epicentro, los residentes salieron a las calles apenas comenzó el movimiento sísmico. Según medios locales, la población abandonó sus hogares con lo que tenía a la mano, algunos apenas vestidos, en medio del caos y la incertidumbre.
Se describieron escenas de muebles cayendo, automóviles moviéndose solos en las calles y edificios sacudiéndose intensamente. También se informó que varias personas buscaron resguardo en parques y zonas abiertas. La situación generó un fuerte impacto emocional en la población, que recordaba el desastre nuclear de Fukushima en 2011.
Alerta De Tsunami En El Pacífico
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico emitió advertencias para varias naciones, previendo olas entre uno y tres metros por encima del nivel normal del mar. Las zonas en alerta incluyeron Japón, Hawái, Chile, las Islas Salomón, Rusia, Ecuador, México y regiones costeras del oeste de Estados Unidos.
En Honolulu, Hawái, las sirenas de emergencia fueron activadas y se pidió a la población trasladarse a zonas elevadas. En Midway Atoll, se registró una predicción de olas de hasta 1.8 metros, según reportó el gobernador Josh Green. Aunque las autoridades señalaron que era prematuro anticipar los daños exactos, recomendaron medidas de precaución.
Ecuador, la Secretaría de Gestión de Riesgos ordenó el desalojo preventivo de playas, muelles y zonas bajas en las Islas Galápagos. En tanto, en California, específicamente en Crescent City, las alarmas de tsunami también fueron activadas, mientras la población era instruida para evacuar.
En el caso de Nueva Zelanda, ubicada a más de 10 mil kilómetros del epicentro, las autoridades advirtieron sobre posibles corrientes inusuales y oleajes impredecibles. La Agencia Nacional de Gestión de Emergencias pidió a la ciudadanía alejarse de playas, puertos y desembocaduras de ríos. También Australia fue incluida en la lista de naciones con riesgo, con previsión de olas entre 0.3 y un metro.
Fukushima Y Reacciones Internacionales
En Japón, el recuerdo del tsunami de 2011 hizo que las medidas fueran inmediatas. Se evacuaron instalaciones sensibles, como la planta nuclear de Fukushima, para evitar repetir una tragedia similar. Aunque no se reportaron fallas estructurales, los protocolos de emergencia se activaron como medida preventiva.
El contexto político también marcó el episodio. Donald Trump, se pronunció a través de su red Truth Social, instando a la población a mantenerse “fuertes y seguros”. Mientras tanto, en la costa oeste estadounidense, desde Oregón hasta Washington, se emitieron avisos preventivos.
La rápida propagación de la información a través de redes sociales provocó reacciones de pánico en algunas regiones, aunque las autoridades insistieron en seguir solo fuentes oficiales. En total, más de una docena de países se mantuvieron en estado de alerta, revisando sus protocolos de evacuación y vigilancia costera.
Curiosamente, en las horas posteriores al terremoto y el tsunami, medios japoneses reportaron el avistamiento de varias ballenas en la costa de la ciudad de Tateyama, en la prefectura de Chiba. Este fenómeno ha sido interpretado por algunos especialistas como posible consecuencia de los cambios súbitos en el comportamiento del océano tras movimientos tectónicos de gran escala.
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