El ejercicio del periodismo en Nuevo León atraviesa una etapa crítica. Los reporteros enfrentan agresiones, intimidación y censura, principalmente de parte de corporaciones policiales. De acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en los últimos cinco años se han registrado al menos 30 casos que convierten a la entidad en un estado de alto riesgo para ejercer esta profesión.
Nuevo León Concentra Casos Graves Contra El Periodismo
La violencia contra el periodismo en Nuevo León ha ido en aumento. Lo alarmante es que no son los grupos criminales quienes encabezan las agresiones, sino las propias fuerzas del orden. Policías estatales y municipales han sido señalados por impedir, sin justificación, el trabajo de reporteros en coberturas policiacas.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León (CEDHNL), los elementos de seguridad actúan con prepotencia, se extralimitan en sus funciones y llegan a agredir físicamente a comunicadores. Esta práctica viola directamente el derecho constitucional a la libertad de expresión.
La situación se agravó tras la entrada en vigor del sistema de justicia penal acusatorio. Los uniformados, al ser los primeros respondientes, no aplican los protocolos establecidos y recurren a criterios personales. La falta de capacitación y supervisión ha generado un ambiente hostil para quienes ejercen el periodismo.

Deficiencias En Capacitación Y Supervisión De Autoridades
La falta de formación académica de muchos policías es otro de los factores que influyen en los abusos. Según la CEDHNL, gran parte de los elementos ni siquiera cuenta con secundaria terminada, lo que dificulta el cumplimiento de los protocolos de actuación.
A ello se suma la ausencia de supervisión. Los mandos no vigilan que los agentes respeten las reglas, lo que deja a la ciudadanía, y en particular al periodismo, en una situación de vulnerabilidad.
Además, la corrupción y el abuso de poder forman parte de un patrón que se repite en todo el país. Nuevo León no es la excepción, y los periodistas han sido víctimas constantes de esta realidad.
Casos Representativos De Agresiones A Periodistas
Los expedientes muestran agresiones físicas, detenciones ilegales y amenazas directas. En 2020, los corresponsales de Proceso y La Jornada, Juan Alberto Cedillo y Yolanda Chío, fueron golpeados y detenidos ilegalmente en Guadalupe tras documentar una extorsión policial.
En 2023, Ramón Alberto Garza, director de Código Magenta, denunció amenazas por parte de Miguel Flores Serna, entonces jefe de la Oficina del Gobernador. El motivo fue la difusión de un video que evidenciaba el uso de Fuerza Civil para liberar un camión relacionado con su familia.
Un año después, en 2024, el periodista deportivo Ernesto Herrera fue agredido por policías de San Pedro mientras transmitía en vivo la llegada del Club América previo a una final. Y más recientemente, en agosto de 2025, la reportera Yadith Valdez sufrió empujones y rasguños por parte de policías de Monterrey mientras cubría un choque entre patrullas.
Estos casos confirman que la violencia contra el periodismo en Nuevo León no es aislada, sino una constante que afecta a distintos géneros y medios de comunicación.
Intervención De La Comisión Estatal De Derechos Humanos
Ante este panorama, la CEDHNL emitió un informe en el que confirma la gravedad de la situación. Señaló que de 2020 a agosto de 2024 se registraron 28 casos de agresiones a periodistas, de los cuales 24 ocurrieron en la administración actual.
Las quejas incluyen detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, intimidación, censura y amenazas. Para el organismo, este contexto vulnera no solo a los comunicadores, sino a la sociedad en general, pues limita el acceso a información libre y plural.
La Comisión recordó que la libertad de expresión está protegida en tratados internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por ello, llamó al Estado a garantizar que el periodismo pueda ejercerse sin miedo.
Urge Crear Un Mecanismo Local De Protección
Una de las principales recomendaciones de la CEDHNL es la creación de un mecanismo de protección local para periodistas. En Nuevo León no existe ninguna ley que salvaguarde específicamente a quienes ejercen esta profesión.
La falta de un marco normativo coloca a los comunicadores en extrema vulnerabilidad. En muchos casos, los afectados optan por abandonar la cobertura de ciertos temas o incluso su profesión, lo que afecta directamente el derecho ciudadano a estar informado.
Organismos internacionales, como la Relatoría Especial de la ONU para la Libertad de Expresión, han advertido que las agresiones contra el periodismo suelen estar ligadas a la censura y la represión estatal. Por ello, recomiendan sancionar a los responsables y aprobar leyes que protejan el trabajo periodístico.
El Periodismo En Nuevo León Bajo Amenaza
El aumento de agresiones y amenazas contra periodistas en Nuevo León evidencia una crisis que va más allá de casos aislados. El periodismo se ha convertido en una profesión de alto riesgo en la entidad, sobre todo porque las agresiones provienen de quienes deberían garantizar la seguridad.
La falta de capacitación policial, la corrupción y la impunidad refuerzan un escenario adverso. La ausencia de un mecanismo de protección agrava la situación y deja a los comunicadores expuestos.
El llamado de la CEDHNL y de organismos internacionales es claro: se deben tomar medidas urgentes para proteger a los periodistas y, con ello, garantizar el derecho de la ciudadanía a recibir información libre y veraz.